La falta de especialistas en programación está llevando a la falta de mano de obra en algunas áreas
Es que la revolución tecnológica está llevando a las industrias a crecer cada vez más en su oferta, pero también a innovar en su máxima expresión ya que la competencia es brutal.
Es que se abrieron las puertas de lo que muchos especialistas pensaban sucedería para 2025 o 2030 si las cosas seguían de la misma forma que en 2019, pero sin dudas la pandemia fue un gran catalizador de esta verdadera revolución tecnológica. Es que ya incluso superándose la pandemia en muchos países, la gente adoptó las nuevas formas de compra, sobre todo mediante dispositivos móviles como uno de sus grandes aliados.
Claro que todo esto no podría ser sin una industria atrás que lo sostenga, estos avances y la necesidad de suplir las demandas de los consumidores son sin dudas los puntos fuertes de nuestra época, que están demandando cada vez más de las empresas de software. Es sin dudas la razón más fuerte por la que la demanda de ingenieros de software, programadores y codificadores por igual está en su punto más alto de las últimas décadas.
Nuevas demandas, nuevas oportunidades
Estos cambios en las formas de consumo están llevando claramente a que las empresas tengan que salir a suplir esas demandas. Sea de una nueva aplicación para comprar de forma virtual recorriendo la tienda, o bien una forma de geolocalizar el punto exacto de un envío para que luego un drone alcance desde la comida, hasta esa compra que realizamos en cuestión de horas.

Pero nada de eso sería posible sin una importante cantidad de trabajadores que den forma a esas nuevas aplicaciones y sobre todo las pulan lo suficiente como para que los consumidores las puedan usar sin riesgos. Esto implica el manejo de software de bases de datos como SQL, muy popular en los últimos años por las necesidades de la industria de almacenar y analizar datos.
En este contexto, cada vez más personas se están volcando a los distintos cursos online que existen para aprender a codificar en SQL, como una forma de encontrar una salida laboral casi inmediata, o bien para propulsar ese emprendimiento a través de la creación de un software propio que les permita ahorrar costos y llegar a cada vez más usuarios.
Además, se trata de uno de los lenguajes más fáciles de aprender junto con Javascript, lo que le brinda un atractivo todavía mayor para esas personas que no quieren embarcarse en una capacitación compleja o muy técnica. Por otra parte, los cursos que se pueden llevar adelante son cada vez más didácticos por lo que personas de todas las edades se pueden sumar y hasta pensar en hacer una carrera.
Foto: ThisisEngineering RAEng
En “Restaurant Bitute”, Luzmila Machaca celebra la identidad tarapaqueña a través de la comida. Su propuesta culinaria rescata recetas familiares y sabores que evocan la memoria de hogar.
Gladys Matus es guardiana de la tradición. Desde “Matus Artesanía y Cultura”, rescata técnicas ancestrales y promueve el arte local como vehículo de identidad y educación.
María Pardo encontró en el cuero una forma de contar historias. En su marca “Meraki Cueros”, combina el diseño artesanal con el amor por los oficios tradicionales, creando piezas que duran toda una vida.
En cada pieza de “Artesanías Hipercultural”, Carolina Delgadillo plasma la diversidad de Tarapacá. Su trabajo fusiona símbolos, colores y tradiciones de distintas culturas, celebrando el mestizaje del norte.
Entre nudos y fibras, Nataly Pizarro encontró una forma de expresión que combina arte, meditación y belleza. Su emprendimiento “Textilería Macramé” rescata la esencia del trabajo hecho con las manos y el corazón.
Gladys Matus es guardiana de la tradición. Desde “Matus Artesanía y Cultura”, rescata técnicas ancestrales y promueve el arte local como vehículo de identidad y educación.
En “Restaurant Bitute”, Luzmila Machaca celebra la identidad tarapaqueña a través de la comida. Su propuesta culinaria rescata recetas familiares y sabores que evocan la memoria de hogar.
Sandra Santana mantiene vivas las raíces culturales del norte con su proyecto “El Salvavidas / Los Diablos de Tarapacá”. Su emprendimiento une gastronomía, arte y devoción popular en una experiencia única.
La calidez de la madera cobra vida en las manos de Remy Antonia. En su taller “Quilu Raíces y Maderas”, transforma materiales naturales en piezas únicas que combinan estética, ecología y tradición.
En “MegaGraphic”, Ruth Rubio combina arte, tecnología y visión empresarial. Su emprendimiento transforma ideas en productos impresos que reflejan creatividad, profesionalismo e identidad regional.
Inspirada en la libertad del océano, Aylin Hurtado creó “Mermaid Clothes”, una propuesta de moda consciente que celebra la feminidad, la comodidad y la sostenibilidad.
Entre ilustraciones, diseño y arte visual, Kym Karry ha creado un espacio donde la imaginación no conoce límites. Su emprendimiento “Kym Karry Studio” es una ventana a la expresión contemporánea y a la identidad tarapaqueña.
María Pardo encontró en el cuero una forma de contar historias. En su marca “Meraki Cueros”, combina el diseño artesanal con el amor por los oficios tradicionales, creando piezas que duran toda una vida.
En cada pieza de “Artesanías Hipercultural”, Carolina Delgadillo plasma la diversidad de Tarapacá. Su trabajo fusiona símbolos, colores y tradiciones de distintas culturas, celebrando el mestizaje del norte.
Entre nudos y fibras, Nataly Pizarro encontró una forma de expresión que combina arte, meditación y belleza. Su emprendimiento “Textilería Macramé” rescata la esencia del trabajo hecho con las manos y el corazón.
Gladys Matus es guardiana de la tradición. Desde “Matus Artesanía y Cultura”, rescata técnicas ancestrales y promueve el arte local como vehículo de identidad y educación.
En “Restaurant Bitute”, Luzmila Machaca celebra la identidad tarapaqueña a través de la comida. Su propuesta culinaria rescata recetas familiares y sabores que evocan la memoria de hogar.
Sandra Santana mantiene vivas las raíces culturales del norte con su proyecto “El Salvavidas / Los Diablos de Tarapacá”. Su emprendimiento une gastronomía, arte y devoción popular en una experiencia única.
Lourdes Campos convirtió su amor por la creación en un taller lleno de magia. “Artesanías Encantadas” es un espacio donde la ternura, la paciencia y el detalle se transforman en arte.
Creatividad, color y energía se mezclan en las manos de Cecilia Parada, creadora de “Ceci Crea”, un emprendimiento donde lo artesanal se convierte en una celebración de la imaginación.
Con lana, crochet y mucho amor, Juana Velázquez —más conocida como Tía Juanita— ha tejido una historia de esfuerzo, tradición y arte. Sus creaciones son más que prendas: son fragmentos de memoria, paciencia y cariño.
Eliana Jofré lidera “Pupa Miel”, un emprendimiento que combina apicultura, sostenibilidad y bienestar. Desde las colmenas del norte, produce miel pura y consciente, respetando el ritmo de la naturaleza.
En Facundá’s Joyas, Carolina Valdivia une arte, elegancia y dedicación. Sus piezas son el reflejo de una artesana que transforma la materia prima en símbolos de identidad y estilo.
Marisol ha hecho del arte con cintas un lenguaje de belleza y dedicación. En su taller “Creaciones con Cinta”, transforma materiales simples en accesorios y adornos llenos de encanto.
Con color, textura y diseño, Emy Araníbar da vida a “Emy Deco”, un emprendimiento que combina la artesanía con la decoración contemporánea, llevando el arte local a cada rincón del hogar.
Con Enamórarte, Helena Fuentes transforma los sentimientos en objetos únicos. Su emprendimiento combina romanticismo, creatividad y dedicación para dar forma a regalos que transmiten emociones.
Patricia González convierte cada hilo en expresión artística. Desde su emprendimiento Tramart, fusiona tradición y modernidad para dar vida a obras textiles que cuentan historias del norte chileno.
Mónica Muñoz representa el espíritu emprendedor que nace de la calle, del trabajo diario y del deseo de salir adelante con dignidad. Su historia es un homenaje a las mujeres que transforman la adversidad en oportunidad.
Lourdes Campos convirtió su amor por la creación en un taller lleno de magia. “Artesanías Encantadas” es un espacio donde la ternura, la paciencia y el detalle se transforman en arte.
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